La debida gestión pesquera

El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas. Paul Greenberg

REVISTA PESCA

La Revista Pesca es un medio de información alternativo que presenta artículos, opiniones y noticias referidas a la pesca en el Perú y el mundo, con énfasis en la política pesquera, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria. En este blog se publican notas de importancia, así como novedades del sector pesquero.

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Los peces del Perú, primero para los peruanos


miércoles, 5 de septiembre de 2012

La pesca de arrastre de fondo impacta el fondo marino




Tan solo cuatro décadas le han bastado a las pesca de arrastre para cambiar la morfología del cañón submarino de La Fonera en la costa catalana. Un nuevo estudio publicado por la revista «Nature» y con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha determinado que este tipo de actividad altera la «dinámica sedentaria de los ambientes marinos profundos».
«Arado en el fondo del mar profundo» es el nombre de esta investigación que se ha centrado en el impacto de la pesca de arrastre en los caladeros de pesca del talud continental superior de entre 200 y 900 metros de profundidad.
La pesca de arrastre consiste en el empleo de una red lastrada que barre con el fondo del mar y captura lo que va encontrando a su paso. Es una práctica muy destructiva para el ecosistema que en muchos países del mundo está regulada. La Unión Europea planteó en julio de este año prohibir poco a poco la práctica de esta técnica de pesca al noreste del Atlántico para «garantizar una explotación sostenible y disminuir las capturas accesorias».
«Hasta hace muy poco se creía que el impacto de la pesca de arrastre solo tenía efectos en la fauna que vive sobre el sustrato y no había nada concluyente sobre el terreno. Con el arrastre se remueve el sedimento, este se pone en suspenso y se crea como una nube de sedimento. En se relieve hay pendientes y con el movimiento de sedimento se produce una especie de alud de fango. Como resultado queda una morfología más suavizada que la natural», explica a ABC el investigador científico del CSIC, Pere Puig.
Puig, encargado del departamento de geología Marina del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona-CSIC, señala que esta investigación partió de los descubrimientos de un estudio previo sobre los flujos de los sedimentos marinos. «Nos dimos cuenta que estos flujos no era naturales sino que estaban alterados por la pesca de arrastre», ha apuntado Puig.

Arar en el mar

Según los investigadores españoles, el impacto directo de la pesca de arrastre sobre poblaciones de peces y comunidades bentónicas (organismos que viven y realizan sus funciones vitales en dependencia estricta de un substrato) ha sido muy estudiada, más no así la modificación de las propiedades físicas de los sedimentos del fondo marino, los intercambios químicos y los flujos de sedimentos.
«Nuestros resultados sugieren que en las últimas décadas, a raíz de la industrialización de las flotas pesqueras, la pesca de arrastre se ha convertido en un importante motor de la profunda evolución del paisaje marino. Dada la dimensión mundial de este tipo de pesca, anticipamos que la morfología de la parte superior del talud continental en muchas partes de los océanos del mundo podrían ser alterados por la parte inferior intensivo pesca de arrastre, que produce efectos comparables sobre el fondo del mar profundo a los generados por el arado agrícolas en tierra», reza el informe.
Puig explica que al igual que un campo de cultivo en la tierra, con el tiempo, estos procesos de arado cambian sus características y por lo tanto la diversidad de especies que allí hacía vida. «Estos fondos marinos han cambiado, ya no son naturales sino que se han antropizado y han sobrevivido especies que se han adaptado a estas perturbaciones, como las gambas», apunta el investigador científico.
Apuntan que la próxima línea de la investigación será indagar en cómo afecta este arrastre a las especies que viven en el sedimento, ya que con el constante movimiento no pueden hacer un hábitat estable.
Las investigaciones sobre la dinámica sedimentaria, y sus flujos se realizó desde el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona-CSIC y lo correspondiente a la batimetría (el estudio de la profundidad marina) y visualización a grandes profundidades estuvo a cargo de la Universidad de Barcelona.
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