La debida gestión pesquera

El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas. Paul Greenberg

REVISTA PESCA

La Revista Pesca es un medio de información alternativo que presenta artículos, opiniones y noticias referidas a la pesca en el Perú y el mundo, con énfasis en la política pesquera, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria. En este blog se publican notas de importancia, así como novedades del sector pesquero.

En 2023 cumplimos 64 años de publicación en el Perú.

Las ediciones a partir del 2010 se publican en formato digital (PDF) en la siguiente página web: http://www.issuu.com/revistapesca/docs


Merecemos una gestión de la pesca con visión de país y compromiso con el ciudadano.

Los peces del Perú, primero para los peruanos


jueves, 25 de febrero de 2016

REVISTA PESCA MARZO 2016: EDITORIAL

La pugna para acceder a cargos en la nueva administración, bien sea para defender intereses de parte, o apetitos personales, se irá evidenciando a partir de los resultados de la segunda vuelta electoral y permitirá predecir cuál será la agenda sectorial a partir de agosto.

Si queda conformado por autoridades ajenas a la realidad sectorial y fácilmente influenciables por quienes defienden intereses de parte, no se verán reformas en la pesca.  La gobernanza del sector quedaría expuesta debido a la manipulación del lobbysmo y el aporte al PBI seguiría como tema prioritario en la agenda, poniendo en segundo plano la opinión técnica. O sea, más de lo mismo, por más maquillaje que quisieran ponerle a través de nuevos operadores políticos.

Convirtiendo una situación científica en una situación política, el poder cedería a la presión que se ejerza a través de los medios de comunicación y del lobby. El peso de las decisiones se vería influenciado por quienes detentan el poder fáctico, los cuales ejercerían mayor o menor grado de influencia, según el apoyo de una prensa poco informada sobre la pesca, que solo resalta brevemente temas de coyuntura. La presión efectuada a través de eficaces operadores políticos, así como la de nuevos lobistas, se hará más o menos evidente en función de los nuevos funcionarios que asuman cargos el 1 de agosto.

El sistema de ordenamiento pesquero, ya violentado varias veces por jueces que dictan medidas cautelares indebidas, resultaría así expuesto a mayores perforaciones provenientes de decisiones tomadas en función al ruido político, o la presión. La gobernanza del sector resultaría  comprometida, no por las necesidades o los intereses nacionales y los de la ciudadanía común y corriente, la cual es la legítima propietaria de los recursos hidrobiológicos, sino por los intereses comerciales del sector.

Hasta ahora no hay evidencia de genuino y real interés político por introducir cambios de fondo en la pesquería peruana. Una nueva Ley de Pesca no resolvería temas inmediatos porque resultaría lenta de aplicar en términos reales y prácticos, tanto por el tiempo que demoraría su discusión y promulgación, como su implementación. 

Mientras tanto, los temas de fondo urgentes seguirían relegados.
Lo que se requiere es decisión y voluntad políticas de funcionarios honestos y comprometidos con el país, sin intereses personales en la pesca. De lo contrario, solo quedaría  la intervención de la ciudadanía mediante la creación de incidencias políticas que fuercen la toma de algunas decisiones y la generación de algunos cambios.

Si no se actúa a través de más ciudadanos activos, la democracia peruana degenerará hacia la oclocracia, es decir al gobierno de los insapientes.

La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés, se convertiría en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros y de la contaminación que la actividad genera sobre el ambiente y sobre la moralidad.

Marcos Kisner Bueno

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería que difunde información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

miércoles, 17 de febrero de 2016

La pesca en el Perú y su contribución a través del impuesto a la renta

Se analiza el período 1998 – 2015 (18 años desde el último fenómeno el Niño) referido a la renta del sector pesquero, basada en cifras oficiales publicadas en la Nota Tributaria de la SUNAT.

En total el sector pesquero (CHI + CHD)
Pagó por concepto de impuesto a la renta de tercera categoría, la suma 
de S/2,244´000,000 en 18 años, o sea un promedio anual de S/ 124´666,667.

Asumiendo que la tasa de dicho impuesto es el 30% de la utilidad bruta obtenida durante el ejercicio, se deduce que la utilidad bruta del sector pesquero peruano fue 
de S/7,480´000,000 en los últimos 18 años, o sea un promedio de S/415´555,556 anuales.

El volumen de pescado desembarcado fue de  125´726,749 toneladas

El sector pesca tradicional, es decir harina y aceite de pescado (CHI)
Pagó por concepto de impuesto a la renta de tercera categoría, la suma 
de S/1,315´400,000, o sea un promedio anual de  S/ 73´077,778.

Asumiendo que la tasa de dicho impuesto es el 30% de la utilidad bruta obtenida durante el ejercicio, se deduce que la utilidad bruta de la industria de CHI fue 
de S/4,384´666,667 en 18 años, o sea un promedio de S/ 243´592,593 anuales. 

El volumen de pescado desembarcado fue de 108´195,150 toneladas

El sector pesca no tradicional, es decir conservas, congelados, curados, fresco (CHD)
Pagó por concepto de impuesto a la renta de tercera categoría, la suma de S/ 928´600,000, o sea un promedio anual de S/  51´588,889.

Asumiendo que la tasa de dicho impuesto es el 30% de la utilidad bruta obtenida durante el ejercicio, se deduce que la utilidad bruta de la industria de CHD fue 
de S/3,095´333,333 en 18 años, o sea un promedio de 171´962,963 anuales .

El volumen de pescado desembarcado para CHD fue de 17´531,599 toneladas según datos oficiales del boletín de Produce de hasta el de Diciembre de 2015. Los datos del impuesto a la renta provienen de la Nota Tributaria.


¿Cuánto costó cada tonelada de pescado?

Podría decirse que el valor de la tonelada de pescado extraído está determinado y cobrado a través del pago de los derechos de pesca. El pescado extraído por el sector artesanal no paga derechos de pesca, por tanto lo que se congela, enlata, cura, exporta  y/o consume al fresco, proveniente de esas capturas tiene un costo cero.

La parte extraída por el sector industrial sí paga derechos de pesca; pero no existe información pública sistematizada que permita observar su comportamiento. Solo a partir del año 2003 en el que se crea el canon pesquero se puede deducir, aproximadamente, cuánto se ha recaudado por concepto de derechos de pesca, aunque no se puede diferenciar el aporte del CHD y del CHI.

La cifra oficial del periodo 2003 – 2015, tomada de las transferencias que efectúa el MEF y que se publican en su portal, es 
de: S/ 610´586,809 recaudados por concepto de derechos de pesca.

Para completar el análisis sería útil conocer cuánto ha facturado el sector pesquero por año, tanto en forma total como por CHD y CHI. Pero esa información no existe. Lo único que se puede obtener es el dato de exportaciones; pero no se evidencia, en forma visible por lo menos, la data de la facturación en el mercado nacional.

Obviamente tampoco se puede medir la venta informal en el mercado nacional, dentro de la cual el pescado fresco es prácticamente lo usual. Por tanto, no se puede relacionar el impuesto a la renta pagado por el sector pesquero con sus ingresos brutos, porque no se dispone de esos datos. Relacionarlo solamente con las exportaciones daría una cifra inexacta e imprecisa.

Es evidente que, referir todo análisis del sector pesquero peruano solamente a su contribución al PBI es incompleto, sesgado y no refleja la problemática integral de la contribución de la pesca con el país.


Marcos Kisner Bueno